28 Lo supo David inmediatamente y dijo: «Limpio estoy yo, y mi
reino, ante Yahveh para siempre de la sangre de Abner, hijo de Ner.
29 Caiga sobre la cabeza de Joab y sobre toda la casa de su padre,
nunca falte en la casa de Joab quien padezca flujo de sangre, ni leproso, ni
quien ande con cachava, ni quien muera a espada, ni quien carezca de pan.»